miércoles, 3 de abril de 2013

Ciertamente el alma tiene su morada. Algunas almas moran en castillos, en palacios, en lugares mágicos. Moran también en el pórtico del infierno. Otras moran en las calles, en los caminos que no conducen a destino alguno. Moran en laberintos y en bibliotecas. Pero unas moran en sitios sin muros: moran en el campo. Una vez encontré una de esas, y no puede entender que debía salir de mi fortaleza para poder entrar en su morada que no tenia puertas. ¡Tarde comprendí!.

Pedro Salinas, ahí va con uno que me gustó ….



EL ALMA TENÍAS...

El alma tenías
tan clara y abierta,
que yo nunca pude
entrarme en tu alma.

Busqué los atajos
angostos, los pasos
altos y difíciles...
A tu alma se iba
por caminos anchos.

Preparé alta escala
-soñaba altos muros
guardándote el alma-,
pero el alma tuya
estaba sin guarda
de tapial ni cerca.

Te busqué la puerta
estrecha del alma,
pero no tenía,
de franca que era,
entrada tu alma.

¿En dónde empezaba?
¿acababa, en dónde?
Me quedé por siempre
sentado en las vagas
lindes de tu alma.


Pedro Salinas

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