jueves, 24 de enero de 2013

Unos trozos de Soren Kierkegaard

"Me alegro de mi alegría, a causa de, junto a, por y con mi alegría. Un estribillo celestial que como un rayo, se diría, interrumpe el resto de nuestro canto; una alegría que refresca y reanima como lo hace una brisa, una corriente de vientos alisios que sopla desde el bosque Wamré hasta las moradas eternas". Diarios I, 104.

"Del ‘poeta’ se dice que invoca a las musas para recibir los pensamientos. Éste no ha sido nunca mi caso. Mi individualidad se niega incluso a comprenderlo así; por el contrario, yo necesitaba cada día de Dios para librarme de la abundancia de pensamientos. En realidad, si le damos a un hombre tal vigor de productividad y al mismo tiempo una salud igual de débil, ya aprenderá a rezar. Podría sentarme e ininterrumpidamente escribir día y noche, e inclusive seguir escribiendo un día y una noche más, pues mi fertilidad es suficiente. Esta muestra de habilidad la pude hacer a cada momento, y aún ahora podría. Si lo hiciera, me hará añicos. Basta el más pequeño descuido en el régimen y estoy en peligro de muerte. Pero si aprendo a obedecer, si realizo el trabajo como una tarea rigurosa, tomo convenientemente mi pluma y escribo cuidadosamente cada letra; entonces lo puedo hacer. Y así, muy a menudo tuve más alegrías a causa de mi conducta obediente hacia Dios que a causa de los pensamientos que yo producía...".  Punto de vista…48 y s.
 
Soren Kierkegaard.
 

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