jueves, 28 de febrero de 2013

De una corta fabula.

Acerca de un encuentro entre dos enimagticos personajes. Dos ternuras esperando el candor anhelado.

Y la luciérnaga iluminando la penumbra con su lucecita le dijo:

- "Y tu hombre que no ves ¿Cómo me imaginas?"

El hombre que no ve pensó para sí:  te imagino de ojos negros brillosos, con un brillo tímido. Ojos que hablan y también escrutan. Cabello medio largo oscuro. Rostro sereno. Manos suaves. Maquillaje suave, vestida con colores vivos

El hombre que no ve, dejo de pensar y guardo silencio. Entonces dijo;

- "Imagino lo que me gustaría que fueras, pero eso no me importa, me importa más quien eres tu"

Y la luciérnaga, guardó tambien silencio. Ese silencio que causa el rubor.

CAS

lunes, 18 de febrero de 2013

Para autoexaminarse

“Darse cuenta de que Dios existe tiene consecuencias que alcanzan hasta lo más intimo:¿pero está de acuerdo con esas consecuencias lo más intimo nuestro? Hay algo ahí que es buena voluntad, y tiene anhelo de Dios; pero hay otra parte que se opone y la rechaza. La autoglorificación del espíritu, del ánimo, del instinto, querría que Dios no existiera, o que existiera en una forma que le hiciera inoperante. En esta segunda perspectiva se inicia un juego de acentuaciones y debilitamientos, una alteración de proporciones y perspectivas, una tendencia al desplazamiento, que modifica y oculta el estado de cosas que está ante los ojos. Variando una idea de Nietzsche: la mirada desprevenida hacia la realidad dice: Dios existe. El deseo humano de autonomía replica; no puede existir, pues entonces no puedo llegar a ser lo que quiero. Y la mirada hacia la realidad acaba por ceder”

R: Guardini, Religión y Revelación. P 258

jueves, 14 de febrero de 2013

Revelación, ética y crisis en Romano Guardini

Romano Guardini pronunció gran parte de sus  lecciones sobre ética en la Universidad de Munich (1950 – 1962), las cuales fueron publicadas póstumamente en 1993. El esquema de estas lecciones constaba de dos partes: la primera dedicada al fenómeno de la ética natural y la segunda dedicada la relación de la ética con la revelación cristiana.  Tanto en la primera parte, pero sobre todo en la segunda, se aprecia una fuerte crítica a lo que Guardini llamó el autonomismo, que es el proceso histórico-existencial por el cual el hombre moderno define su posición vital como autonomía absoluta, en especial una autonomía frente a Dios. Este autonomismo, que para Guardini viene acompañado del debilitamiento del órgano religioso, se expresa en las categorías de Naturaleza, Sujeto y Cultura. Este proceso histórico, fruto de una decisión existencial, ha llevado al ser humano a una situación de crisis para la cual el autor italo-aleman propone como clave de interpretación las denominadas dialécticas del malestar: Soberbia – angustia, conocimiento del hombre - desconocimiento de su esencia, revolución – dictadura y silencio – palabra. Estas contradicciones son la muestra de una nihilizacion de la vida que proviene completamente de la pretensión de autonomía. 

Esta situación de crisis tiene su cara positiva, en el hecho de poner a la luz la verdad de la pretensión de autonomía. El camino a seguir que propone Guardini, es de un cambio de sentido, una metanoia que retome el acto fundante de la ética: “La existencia ética descansa en última instancia en el conocimiento de haber sido creado y en la aceptación de este hecho primordial” (Guardini, Etica, 806). La propuesta de Guardini, es reconocer la teonomía de la persona: un yo en relación primordial con el Tú divino.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Esperanza y trabajo

"La mayoría de gente ha sido perpetuamente conducida por las circunstancias sin haber reflexionado jamás sobre lo que hubiera podido dar una densidad a su existencia. Ahora bien, la única cosa que da una densidad a la vida es el Amor. De todo esto se desprende la esencia de la esperanza: Es ella la tensión hacia la realización espiritual de la existencia, el deber de hacer tener éxito a la obra de Dios. Ella consiste de entrada en el hecho de tener confianza en Dios, y luego en el deber de sacar adelante felizmente en sí y en los otros lo que hay de mejor y de creer que esto es posible, que exige tiempo, y hasta la eternidad. Pues finalmente la existencia es un proceso de deificación, una transformación progresiva por el Espíritu de toda alma humana. Hay que saber que se está cogido en este movimiento, y tratar de concordar con él, saber que se está unido allí a todos los otros que están igualmente cogidos allí y que se tiende hacia una meta. La vida entonces se aclara y toma su sentido"
Daniélou, Contemplación, crecimiento de la Iglesia, Ediciones Encuentro, Madrid 1982, p 63