“Darse cuenta de que Dios existe tiene consecuencias que alcanzan hasta
lo más intimo:¿pero está de acuerdo con esas consecuencias lo más intimo
nuestro? Hay algo ahí que es buena voluntad, y tiene anhelo de Dios; pero
hay otra parte que se opone y la rechaza. La autoglorificación del
espíritu, del ánimo, del instinto, querría que Dios no existiera, o que
existiera en una forma que le hiciera inoperante. En esta segunda
perspectiva se inicia un juego de acentuaciones y debilitamientos, una
alteración de proporciones y perspectivas, una tendencia al
desplazamiento, que modifica y oculta el estado de cosas que está ante
los ojos. Variando una idea de Nietzsche: la mirada desprevenida hacia
la realidad dice: Dios existe. El deseo humano de autonomía replica; no
puede existir, pues entonces no puedo llegar a ser lo que quiero. Y la
mirada hacia la realidad acaba por ceder”
R: Guardini, Religión y
Revelación. P 258
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