jueves, 25 de marzo de 2010

23 de marzo - Llegada a Roma.

He llegado a Roma, todo en el viaje ha salido muy bien, sin mayores dificultades.

El momento de llegar al punto de encuentro para reunirme con los otros delegados que serían recogidos del aeropuerto ha sido hasta el momento lo más fascinante. No puedo dejar de notar como los jóvenes tenemos un espíritu de comunión muy fuerte. Cada que llegaba alguien era incorporado en el grupo y con mucha familiaridad se le hacia el cuestionario de rigor: speak English? where are you from? how long was you trip? A mí también me embargó el impulso de acoger y conocer a otros jóvenes y sin darme cuenta terminé hablando mas inglés del que sabía. Que sorprendente es ver a un holandés hablar con unos jóvenes de la india, sus rasgos físicos son tan diferentes, sus culturas también lo son, pero estaban hablando de su viaje y de que parroquia o movimiento venían representando. Y lo mismo se veía en todas partes. Lo que quiero decir, es que en algo tan sencillo como un saludo, una acogida y unas preguntas, vivíamos la comunión. El telón de fondo era nuestra vida cristiana que nos había traído hasta este foro.

Dos cosas pude ver muy patentemente: la primera es que nos une el bautismo, y la segunda es que en la tierra hay sal.

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