lunes, 22 de marzo de 2010

A la espera de un encuentro

Estoy próximo a partir para Roma en un viaje que seguramente dejará una huella imborrable en mi vida. En unas horas estaré en el centro de la cristiandad, el símbolo de la comunión de la Iglesia toda. Dios ha sido generoso conmigo al concederme esta oportunidad, una vez más él ha sido quien me ha encontrado. Eso sentí cuando me dieron la noticia, Dios me estaba buscando y ¿cómo no dejarme encontrar?

No puedo ocultar la emoción de ir a otro continente, estar en otra cultura, conocer y experimentar como se ha expresado la Iglesia en sus muchos siglos. Sin embargo, el sentido de mi viaje es otro: voy como miembro del MVC a encontrarme con otros jóvenes de la Iglesia para tratar el tema de "aprender a amar" y a aportar desde nuestra espiritualidad; voy a ver al Papa y a expresarle nuestra fidelidad al mandato de Jesús e poner la Piedra en Pedro y voy a buscar el rostro de Jesús marcado en la Sindone. ¡Voy como apóstol!

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